sábado, 17 de diciembre de 2016

Corazón doliente



He decidido dejar de esperar respuestas. Escribir es un ejercicio solitario, no sé si esto requiera valor, pero si sé que requiere constancia.

En la medida de lo posible procuraré citar las fuentes. Quizás ya empiezo mintiendo. Lo que justo me lleva a que una vez leí que realmente no se quién dijo que una sola persona podía cambiar para siempre la historia de la humanidad si tan sólo escribiese un libro llamado "Mi corazón al desnudo" y bueno, dijese todo, toditito tal cual sugiere el título. Dicen que años después alguien lo escribió. Por cierto, originalmente probé de llamar así a este blog, pero ya estaba tomada la dirección.

Esto de corazón doliente, al fin y al cabo, es más sincero. Mi corazón está un desastre, lleno de un llanto ahogado primitivo, ancestral, desesperado. Tal vez también gutural, y muy egocéntrico, bastante "ombligo".

Hoy comprendí porqué me baño tanto (o ducho). Lo típico, piensas mucho, etc, etc. Además de ello, también es mi forma de llorar. No podía parar de llorar bajo la ducha hoy. Esto es bastante inusitado, lo de llorar. Casi siempre me ducho sin llorar, hoy que pasaron ambas cosas, bingo.

¿Será que de niña me metían bajo la alcachofa de la ducha para que parara de llorar? ¿Será que el agua limpia? ¿Será que lloras en compañía del agua, y de pronto, tienes millones de lágrimas prestadas que te bañan? O simplemente será que eventualmente te da frío y te remojas mucho y fisiológicamente tienes que parar que sino te da pulmonía o al menos eso empiezas a pensar.

Continuamos más tarde, mucha sal para pocos ojos.